Saturday, September 05, 2009
UNO DE TANTOS FINES
EL DÍA DE AYER FUE TRISTE, NO SÓLO POR LA LLUVIA QUE AMENAZABA CAER Y UNA TARDE MIEDOSA QUE MUY PRONTO SE DURMIÓ. SALÍ DEL HOSPITAL COMO TODOS LOS VIERNES, TERE NO LOGRÓ CONTENERSE Y SOLTÓ UNAS CUANTAS LÁGRIMAS (ES UNA MUJER EXCEPCIONAL). NOS DESPEDIMOS, ES VERDAD, PERO CON LA PROMESA DE VOLVER A VERNOS.
PASÉ EL RESTO DE LA TARDE PENSANDO, DIRÍA HIPÓCRATES: UN TANTO MELANCÓLICO. LA NOCHE AUGURABA SER IGUALMENTE TRISTE; AFORTUNADAMENTE NO FUE ASÍ. COMO UN NÁUFRAGO ESPERANDO VER, AL FINAL DE LA CURVATURA DEL MAR, UN BARCO QUE PUEDA VERLO Y RESCATARLO, UNA LLAMADA SOLUCIONÓ TAN APARATOSO ESTADO DE ÁNIMO, EN LA QUE DESPUÉS DE MUCHAS PALABRAS, SE MEZCLARON LAS NECESARIAS PARA ENTENDER QUE, FINALMENTE, LAS COSAS SON ASÍ.
ES CURIOSO, YO NO CREO EN DIOS, NI PIENSO HACERLO NUNCA, PORQUE CREO QUE LOS VERDADEROS DIOSES SOMOS NOSOTROS, LOS HUMANOS DE ESTA TIERRA, QUE GRACIAS A MUCHÍSIMA TECNOLOGÍA, NOS HEMOS HECHO OMNIPRESENTES Y NOS VOLVEMOS CAPACES DE ESTAR EN CUALQUIER MOMENTO CUANDO ASÍ SE REQUIERA. NOSOTROS, A DIFERENCIA DE ESE MUNDO FICTICIO, NO NECESITAMOS REZAR, IMPLORAR O SUPLICAR, PORQUE CUANDO REALMENTE VALE LA PENA, SÓLO LLEGAMOS POR ALGUNA RAZÓN (NO DIVINA) A DÓNDE SE NOS NECESITA.
FINALMENTE, MI NOCHE SE TORNÓ MARAVILLOSA.
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