Palabras muertas sepultadas
en los labios
con el acento clavado
en su pecho
y letras corriendo
a envolver el silencio
lágrimas entrando al cuerpo
vinagre de la ausencia
entrando al alma
dolor de cayos
secando la muerte prematura
dando vida
a la lluvia sin agua sin voz
la palabra del adiós
sonido carcomido
no llegó a la puerta de la casa
en la que vivo
la palabra del adiós
flor marchita
fue tragada
por el aire del olvido
la palabra del destino
esperanza absurda
no supone el futuro
porvenir incierto
la palabra del destino
perdida en el desierto
en el pasado espera su presente
imperfecto
alzar la frente
y que la voz aturda
morir por callar
es el mayor pecado