Para suerte de muchos y desgracias de los otros, aveces hay que cagarla: y se nos salió la frase no deseada, el comentario incorrecto, la acción no precisa... y madres el mundo se vino encima.
Podría decir que es parte de la vida y de vivir, realmente hay que cagarla no es tan malo; "el que no la caga no aprende".
Ahora, que viene después de cagarla, quedarnos con ese error y evitar otra vez cometerlo, pero antes que nada (por cierto), hay que solucionar ese pequeña cagada.
Hay por ahí en mi repertorio de poemas uno de dominio popular, o no tan popular pero bueno hay les va:
QUE BONITO ES CAGAR
Que bonito es cagar,
cagar con dulzura,
aunque la mierda es dura
tenemos que cagar.
Caga el buey,
caga la vaca,
caga el obispo,
caga el Papa,
hasta la muchacha más guapa
se revienta sus kilos de kaka.
Bonito poema, no? Para todos ustedes, con mucho kk-riño.
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