ERES TU, MAMÁ

Era una de esas horas pico, aquí en la Cd. de México, cuando en el metro entra una señora con un pequeño niño de 4 o, tal vez, 5 años; entraba entre apretujones, empujos, cuerpos grandes y manos infinitas. Como pudo y luchando contra todo, pasó. Dentro era igual, los mismos apretujones y espontáneamente una que otra recargada (a veces los conductores del metro son un poco tontos y no manejan bien eso del freno). Él niño dormía, su cabeza se recargaba en el hombro de su mámi y todo el demás peso era puesto en el brazo izquierdo; la mano derecha estaba ocupada cogiendo fuertemente el tubo para no caer. Salí de "la tortura" pocas estaciones después, y antes de seguir con mis pasos hacia adelante y mientras la puerta se cerraba, vi otra vez a esa mamá protegiendo, cuidando, resguardando, defendiendo, amparando, cubriendo contra lo que sea a su vida, su hijo.